¿Nos puede enfermar vivir frustrados?

Para que aparezcan una enfermedad neurótica (histeria, obsesiones, pensamientos paranoicos, fobia, crisis de ansiedad, ataques de angustia, etc…) en una persona, debe existir una predisposición a la misma, es decir, en su desarrollo personal hubo circunstancias familiares, sociales y personales que alteraron el curso de su desarrollo. El psicoanálisis estudia la sexualidad como un factor decisivo entre la salud y la enfermedad nerviosa, de manera que ciertas circunstancias familiares y del mundo exterior vividas durante la infancia y primera edad adulta, han podido alterar el desarrollo sexual de la persona y predisponerla a una enfermedad mental donde la causa es un conflicto con su sexualidad entre la parte consciente y la parte inconsciente.

La sexualidad en psicoanálisis está definida como el modo que la persona tiene de relacionarse con sus familiares y con el resto del mundo. El amor, el odio, los celos, la envidia, el deseo, etc, dan forma al carácter de la sexualidad de la persona, por lo tanto, según el modo de aceptación o conflicto con su sexualidad podrá ser el factor que predisponga a la persona a la aparición de ciertas enfermedades mentales.

El primer factor exterior que puede dar ocasión a la aparición de una enfermedad neurótica, se debe a la aparición de una frustración. La persona tenía salud mientras sus necesidades amorosas y sexuales estaban satisfechas y contrae una neurosis cuando pierde a una persona y no encuentra una sustitución de la misma. También puede ocurrir que personas que no encuentran una persona a “su gusto” pueden vivir bajo el sentimiento de frustración.

La frustración ocasiona abstinencia, es decir, se estanca la energía sexual y amorosa en la persona porque no tiene con quien satisfacerla, produciéndose un incremento de la tensión sexual y si no logra encontrar un camino adecuado para descargarse de ella, podrá enfermar.

Cuando hay frustración de lo que antes era una satisfacción, los caminos saludables para resolverla por un lado es orientar la energía hacia el exterior, tratando de encontrar otra persona con quien satisfacer el amor y la energía sexual o por otro lado, renunciar a la satisfacción sexual y amorosa y sublimar dicha energía hacia otro fines o acciones: trabajo, proyectos, acciones humanitarias, sociales, etc…

Sin embargo, no todas las personas que viven frustradas, logran resolver su frustración, la cual se acentúa cada vez mas, hasta producir cambios en el carácter y desarrollar un trastorno neurótico en la personalidad.
El efecto negativo de una frustración no resuelta, es debido a que despierta factores inconscientes infantiles que existían hace tiempo y que hasta el momento no había sido causa de perturbación.

Cuando estos factores inconscientes se reactivan porque la energía de la persona ha quedado dentro de ella, se activa la fantasía, la persona crea nuevos deseos de forma fantasiosa e incluso regresa a etapas de su infancia donde encuentra recuerdos bonitos donde todo era satisfacción y felicidad, quedándose estancada o atrapada su energía en recuerdos infantiles satisfactorios. Al reactivarse dichos recuerdos, la persona añora los mismos y siente malestar y frustración de que su vida ahora no sea tan bonita como lo era en su etapa infantil. Al quedar reforzado los recuerdos infantiles, la energía queda estancada en los mismos, de manera que no tiene capacidad sana de afrontar la realidad y se refugia en los recuerdos de felicidad de la infancia o en fantasías de amores imposibles porque busca en la realidad lo que perdió en la infancia. Cuando esto ocurre, la persona ha empezado a desarrollar un trastorno neurótico o ha empezado a enfermar. (continuará)

 

¿Por qué sentimos angustia frente a la realidad actual?

Uno de los estado anímicos más complejos por su estructura pero a la vez conocidos por todos, es el estado anímico o sentimiento de angustia. Tendríamos que diferenciar el ataque de angustia puntual del estado de ánimo de angustia generalizada. El primero guarda relación con deseos inconscientes reprimidos que pulsan por manifestarse en la conciencia y que nuestro Yo nos defiende de los mismos con un ataque de angustia. Sería como decir que antes de que nos demos cuenta de lo que deseamos o frente a la posibilidad de que nuestros deseos inconscientes afloren a la conciencia, aparece una señal de alarma y nuestro yo provoca un estado de angustia que hace concentrar toda la atención en los síntomas de dicho ataque, desviando la atención de dichos deseos reprimidos inconscientes.

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¿Qué es una personalidad demandante?

La definimos como una persona que continuamente está pidiendo atención, amor, cariño, afecto y exclusividad. El perfil de estas personas es que por mucho que se les da, parece que nada las satisface o la satisfacción es momentánea y temporal.

Suelen ser personas con un nivel de frustración alto, es decir, cualquier demora en recibir lo que demandan ya sienten frustración tanto con la pareja, los amigos y la familia.

Es un perfil muy inestable de personalidad pues por mas que le dan, nunca siente recibir todo lo que demanda y cuanto mas piden, mas demanda. Muestran mucha inseguridad en las relaciones interpersonales y tienen tendencia a someterse a las relaciones en cuanto sienten que son queridas o son el foco de atención de los otros. Leer más

LA INSEGURIDAD: UN FRENO AL DESARROLLO PERSONAL Y A LA VIDA

Numerosas personas consultan por tener baja su autoestima o no disponer de seguridad en sí mismos para abordar aspectos de la vida tales como un cambio de trabajo, emprender un proyecto, discapacidad para mejorar en su ámbito social, iniciar una relación o llevarla a término por miedo a la soledad, etc.

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