Por qué tengo miedo a mis deseos sexuales

El deseo sexual en las personas cabalga entre lo animal y lo humano. Esto quiere decir que como especie animal que somos, tenemos instintos básicos, entre ellos el sexual que es el que nos impulsa a reproducirnos para que la especie sobreviva.

Este deseo sexual hace que las personas se unan para formar una estructura familiar y cuidar a la especie, porque somos una especie mortal que necesita reproducirse para que no se extinga.

Sin embargo, para las personas, el instinto sexual no sólo cumple funciones reproductivas sino también placenteras y que las englobamos dentro de la sexualidad humana mas allá de la reproducción.

El instinto sexual, por su naturaleza animal, desde edades temprana debe ser educado porque su fuerza es tan grande que sin un control, llegamos a ser animales. De hecho, observamos en los niños conductas sexuales motivadas por dicho instinto sexual.

Serán los padres, en el colegio y la propia sociedad la que nos va educando el instinto sexual para ser algo mas humanos y menos animales.

Este instinto dura mientras dura la vida de la persona, es decir, que el instinto sexual al ser un instinto animal nos acompañará siempre, pero sabemos que al educarlo podemos sublimarlo y utilizar su energía para realizar otras tareas y funciones.

Aunque lo reprimamos y lo sublimemos, el deseo que acompaña al instinto sexual está siempre funcionando dentro de nosotros, de manera que aunque queramos evitarlo, produce efectos en la conciencia. El deseo sexual es importante porque nos hace sentirnos vivos pero dependiendo de la moral con la que nos hayan educado, dicho deseo puede ser fuente de conflictos morales. Quiere esto decir que por mas que nos empeñemos en desechar nuestro deseso sexuales, siempre van a estar llamando a la puerta de la conciencia.

Los deseo sexuales son amorales y no tienen ética. Da igual que estemos casados, comprometidos, o que la persona que nos atrae esté o no comprometida. No atiende a razones, ni a edad, ni a clases sociales. De ahí que lo consideremos como algo animal, pues sólo busca su satisfacción. Y cuando algo o alguien nos atrae, tenemos dos caminos, ceder al deseo o tratar de reprimirlo. Si cedemos a él, buscaremos su satisfacción y dependiendo de nuestra moral podemos sentirnos con o sin culpa. Si lo reprimimos, buscará nuevos caminos para mostrarse y tendremos que luchar para tratar de reprimirlo.

El miedo que tenemos a nuestros deseo sexuales se debe a la fuerza sexual que tienen, pues podemos sentir su fortaleza y lo débiles que nos vemos muchas veces para controlarlos, de ahí que todo miedo al deseo es miedo a caer en la tentación de satisfacerlo. Y si su fuerza es muy grande, puede llegar a enfermarnos, en el sentido que una vez enfermos, quede retirada nuestra atención del deseo sexual y quede desplazada a la preocupación que nos ocupa el desarrollar algún tipo de enfermedad (mental y a veces corporal) y que nos haga estar pendientes de sanar.

En toda persona, podemos encontrar de un modo u otro, conflictos morales con sus deseos sexuales. A veces producen síntomas y a veces no, dependiendo de la moral que tengamos y en la que nos hayamos educados. Cuando los deseos perturban el estado de ánimo, justifica que la persona comience su tratamiento psicoanalítico, pues la fuerza del instinto y deseo sexual es tan grande que hasta nos puede matar si no le damos alguna salida, bien sublimándolo, satisfaciéndolo o reprimirlo y usar su energía para hacer múltiples tareas en la vida.

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Comentario (8)

  • Siri| julio 30, 2020

    Es muy interesante el psicoanálisis!!
    Todo un descubrimiento!!
    Estoy viendo todos los vídeos!!

    • Miguel Fondon| agosto 1, 2020

      Muchas gracias por tu interés. Cada vez nos acercamos mas al concepto de inconsciente y al de la sexualidad reprimida. Es la base de la salud mental, entenderla y entender el funcionamiento del inconsciente. UN saludo.

      • Miguel Fondon| agosto 27, 2020

        totalmente de acuerdo. Todavia no se acepta pero tarde o temprano aunque nadie quiere hablar de ello, el ser humano vive por y para su sexualidad… Y su no aceptación termina enfermando.. está mas que comprobado…

    • Miguel Fondon| agosto 27, 2020

      Muchas gracias y perdona la tardanza en contestarte pero me acaba de saltar ahora tu mensaje. Me da ilusión que te guste y te atraiga el psicoanalisis.. Un abrazo

  • Siri| julio 30, 2020

    ¿Cómo sublimarlo o cómo reprimirlo? ¿Qué diferencia hay entre ambos conceptos?Gracias!

    • Miguel Fondon| agosto 1, 2020

      Se tiene miedo porque al ser reprimidos, tienden a retornar. sublimarlos supone aceptarlos, simplemente. Este acto hace que se ponga en funcionamiento el mecanismo de sublimación. pero deben ser aceptados o al menos reconocidos sin que perturbe la conciencia. Un saludo

      • Miguel Fondon| agosto 27, 2020

        El miedo es porque retornan, es un fallo de la represión. En la sublimación no hay miedo porque el deseo se ha puesto en algo alejado de lo sexual. Las personas religiosas subliman su deseo y lo ponen al servicio de lo social por ejemplo…

    • Miguel Fondon| agosto 27, 2020

      Sublimar supone poner el deseo en otras cosas que no sean personas o sexo directamente. Y reprimir supone que aunque desees a una persona sexualmente, reprimes el deseo, es decir, te niegas a ti mismo la posibilidad de satisfacerlo..

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