En la clase anterior hablábamos que la primera experiencia de placer tenía que ver con la ingesta del alimento a través del pecho materno o en su caso, la acción de comer llevada a cabo por la figura materna. Dijimos que la boca, quedaba erotizada pues el niño asocia comer con placer, bienestar y así mismo, los labios, el acto de chupetear se convierte una fuente de satisfacción.
Decimos que el niño ve a la madre como un todo completo, lo que quiere decir que ella es en sí misma la fuente completa de su bienestar y placer.
De aquí observamos que todo aquello externo a la madre que tiende a interrumpir la unión con ella, para el niño será fuente de displacer y malestar. Leer más