¿POR QUÉ NOS REFUGIAMOS EN LAS ENFERMEDADES? ( Estoy mal pero no quiero ir a ningún especialista )

Es frecuente encontrarnos con personas que se hayan bajo un esto de depresión, ansiedad, angustia, manías obsesivas, inseguridad o incapacitadas para afrontar circunstancias de la vida y a pesar de encontrarse mal no quieren ir a tratarse con un especialista de la salud mental.

Los problemas mentales, comienzan poco a poco y gradualmente van acaparando mas espacio mental hasta convertirse en un trastorno psicológico que termina afectando a varias áreas de la vida de la persona. Comprobamos que en los estadios iniciales, la persona siente que le ocurre algo fuera de lo habitual pero confía en que se le pasará o que puede valerse por sí misma para no tener que recurrir a ayuda externa. En una segunda fase, se hace mas notables los síntomas y la persona se da cuenta que le ocurre algo que se le empieza a escapar al control consciente y por mas intentos que hace, los síntomas comienza a durar mas tiempo y la personalidad ya sufre algunas de las consecuencias de su trastorno mental. Por último el trastorno se ha apoderado de la conciencia y la persona resulta incapacitada para llevar a caso sus tareas habituales, produciendo un deterioro laboral, personal y familiar.

En la fase inicial la persona rechaza ayuda externa por una cuestión narcisista, es decir, cree que puede resolverlo por sí misma y aunque le lleve un consumo de energía mental puede controlar lo que le pasa pero a cambio pierde una valiosa energía en controlarlo pero sin llegar a saber qué es lo que le pasa.

La siguiente fase, suele ser cuando la persona siente que ya no puede controlar lo que le pasa y es en esta fase cuando deciden buscar ayuda de un profesional que les ayude a entender y resolver lo que le sucede.

En la fase propia de la enfermedad es cuando ocurren reacciones en la persona donde observamos que termina adaptándose a lo que le ocurre. Si esta deprimido, lo acepta con resignación, si tiene miedo a los espacios externos restringe las salidas, si tiene obsesiones trata de mantenerlas a base de costosos rituales obsesivos, etc.

En esta fase observamos que la enfermedad que antes parecía extraña al yo, ahora lejos de ser extraña es como algo ya conocido, de manera que termina integrándose a la personalidad y la persona vive con ello aunque le suponga un deterioro de su vida. La enfermedad le hace vivir una vida nueva y la persona cambia su vida anterior por la nueva vida que su enfermedad le hace vivir. El yo ha integrado la enfermedad y ahora la vida del sujeto es en torno a la misma. Vive por y para la enfermedad.

Observamos que numerosas personas, enferman como resultado de un mecanismo de huida de la realidad, de manera que se refugian en la enfermedad porque no puede afrontar los retos que la realidad les exige, de manera que terminan encontrando en la enfermedad y en el aislamiento que les ocasiona, una manera de no estar en contacto con aquello que les perturba. Podemos decir que es una especie de huida hacia uno mismo, refugiándose en la enfermedad, de manera que no quieren resolver lo que les ocurre porque encuentran una cierta paz y tranquilidad en aquello de lo que ya ni se quejan pues ha quedado introducida la enfermedad como algo ya cotidiano de su vida.

Verdaderamente podríamos decir que son mecanismos adaptativos mentales que tienen su razón de ser para la persona pues a veces, el esfuerzo y los cambios de personalidad que tendrían que llevar a cabo para adaptarse a la realidad pueden ser mas costosos y dolorosos que enfermar, donde la persona puede encontrar un refugio para sentirse tranquilo aunque tenga que pagar el precio de estar enfermo.

Compártelo para ayudar a otras personas
Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
Linkedin
Share on whatsapp
Whatsapp

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *